Durante mucho tiempo viví la vida con mucho temor... también hubo una temporada que fui un temerario. En ese darme cuenta de mi lucha y mi huida, he reprimido miedos, los he rechazado, ignorado, he intentado controlarlos y me he sentido bloqueado por ellos. Creo que el miedo es falta de amor, falta de luz, y más que lucha o huida lo que necesita es aceptación, compasión, lucidez. En el aprendizaje de la vida descubrí que al crecer en humor y amor había menos espacio para el miedo. Ahora cuando se presenta el miedo en mi vida lo respiro, lo escucho, lo acepto y hablo con el compasivamente. Así pasa de ser disfuncional a funcional.
El miedo tiene mucho que decirme y le estoy muy agradecido por sus mensajes que me ayudan a crecer en amor y humor. Un gran maestro budista cuando le preguntaron ¿Y que hace usted con el miedo cuando se le presenta? respondio, "concuerdo con el, concuerdo..."
Foto, escultura y texto: R.H.V